Paquito y el snob

– Lo peor de las bodas no es la boda, es el día después. Me duele la cabeza.

– Te está bien empleado, no te portaste bien. Si vas a una boda pues vas a una boda y haces lo que todos.

– Fui a la fuerza, hice lo que todos. Saludé a todo el mundo, comí, bebí y reí los chistes del tipo del puro. Chistes de negros, de mariquitas y de catalanes. Y no le tiré el vino a la cara.

– Un tío del novio. Pero no quisiste bailar La Conga y Paquito el Chocolatero…

– Pero vamos a ver, Pilar. Fuimos por compromiso, pagamos cubierto y regalo, un riñón. Perdí el día y aguanté el tostón. Y aún querías que hiciese el ridículo…

– Te pusiste en evidencia y nos pusiste a los dos, salió a bailar todo el mundo. Hasta la abuela de la novia, que tiene 91 años.

– Bueno, pues yo tengo sentido del ridículo y no bailo la Conga por borracho que esté ni el Chocolatero ése de los cojones.

– Habla bien. En una boda hay que comportarse y hacer lo que los demás. Todos bailando y tú allí sentado bebiendo tu copita de cava con aire de suficiencia.

Ya te digo, lo peor de las bodas es el día después

–¿Crees que me gustó estar sentado viéndoos hacer el ridículo. Tirándome del brazo. “¡Venga, hombre, no seas aburrido. No seas soso!” Pues soy soso, ¿y qué? No pretendí aguarle la fiesta a nadie, pero que no me obliguen a humillarme, ni el padre de la novia, ni el animador de la boda.

– Parecía que te sentías distinto a todos, un ser superior…

– No, simplemente tengo mi sentido del decoro. Si quieren bailar que bailen, ¿pero ya no puede uno ser dueño de su comportamiento? ¿No puedo tener decoro, si los demás hacen chorradas estoy obligado a hacerlas yo?

– Lo que pasa es que eres un snob. Siempre lo fuiste, pero no hay por que ofender a la gente que te invita a la boda.

– En primer lugar, me sentí coaccionado para ir. No me gustan las bodas y a ti tampoco te gustaban…

– Ya, pero si vas debes comportarte y hacer lo que todos.

– Pero si yo soy así y siento que bailar el puto Chocolatero ese me hace sentir ridículo, ¿por qué tengo que hacerlo? ¿Ya no tengo derecho a decidir como comportarme? ¿Tenemos que reducirnos todos al nivel de quien disfruta en las bodas bailando la Conga y el Paquito Chocolatero?

– ¿Ves como eres un snob? Y un clasista. ¿Qué quieres que toquen, el Réquiem de Mozart? Hay que comprender a los demás y ser humilde y capaz de unirse a la fiesta. Lo pasó bien todo el mundo menos tú. Que diste la nota.

– Ya te digo, lo peor de las bodas es el día después. Me duele la cabeza.

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