No sé si les pasa a ustedes, pero en los últimos meses he ido aficionándome progresivamente a los podcasts. En medio de tanta era de oro de la televisión, redes sociales y streamings varios puede resultar un tanto arcaico el volver a la radio. Es verdad, es bajo demanda y en entornos digitales, pero al final es radio. El poder de la palabra, la fuerza de la pronunciación, la intimidad a la que invita...Ç
Como siempre, mi primer destino es la BBC. Me he enganchado a los extras que muchos programas de la radio pública británica añaden a sus emisiones como si se tratara de un entre bambalinas después de la emisión oficial. Especialmente bueno es Saturday Review, el magazine semanal de actualidad cultural, cuyas recomendaciones ad hoc para el podcast son, la mayoría de las veces, mejores que las del propio programa.
También, si les apetece, den una oportunidad a Pod Save America y Pod Save the World, que cubren la actualidad en Estados Unidos y en el mundo desde una mirada millennial demócrata que resulta refrescante y bastante divertida.
Confieso que estoy todavía en la antesala del mundo de los podcasts. Mis amigos veteranos del formato me recomiendan debates, ficción, gastronomía, compras, documentales de naturaleza e incluso relatos eróticos. Se acumulan las opciones y voy guardando archivos en un timeline (el equivalente de la playlist de Spotify o la columna de libros pendientes) esperando un trayecto de AVE o un vuelo de avión para darme un atracón de escuchas.
Y no quería acabar hoy sin recomendarles mi podcast favorito. El que me tiene enganchado por su originalidad, simplicidad y complicidad. Se llama Tweet of the Day, es de la BBC, dura 90 segundos y cada día habla, como su nombre indica, del tuit del día. Pero no es el tuit de Twitter, sino el tuit original: 90 segundos aprendiendo sobre el canto de un pájaro diferente. Dónde escucharlo, qué matices apreciar, qué inspira al narrador y qué particularidades guturales hay en cada gorgorito. No hay mejor manera de empezar y/o acabar el día.