Viudo con botellas

El protagonista de esta noticia debe de haber leído pocas novelas de aventuras en su vida, porque en muchas de ellas aparecen botellas con un mensaje dentro que alguien encuentra, arrastradas por las corrientes marinas, en una playa a tropecientos kilómetros de distancia.

Para encontrar novia no hay nada mejor que tirar botellas al mar

Él sacó la inspiración para su proeza de una canción de The Police, Message in a Bottle. Su proeza consiste en haber recorrido playas y ríos de Gran Bretaña y haber tirado al agua unas dos mil botellas con mensaje. Comenzó su aventura hará cosa de un mes. La parte lacrimógena de la historia consiste en que el hombre –director de una firma consultora– enviudó hace año y medio, cuando su mujer murió por un cáncer de mama. Desde entonces se siente solo y decidió buscar alguien que aliviase sus penas. En la BBC recogen sus palabras: “Los canales habituales para este tipo de cosas (sitios de contactos, servicios de búsqueda de pareja...) me parecieron clichés o, en cierto modo, menos elegantes, de menos intenciones nobles que lo que yo tenía en mente”.

El resultado es que le han dicho de todo. Gente con nula sensibilidad para entender lo que supone la falta de amor para un pobre viudo le han replicado que quién se cree que es para dedicarse a contaminar mares y ríos. Le han explicado que, mientras él se dedica a esa chorrada, muchas otras personas se aplican a recoger la basura de las playas, y que podría apuntarse a uno de esos grupos de limpieza; igual ligaría y, de paso, contribuiría a mejorar la situación medioambiental. El más radical: “¿Podríamos arrestar, frenar, educar o hacer algo con este imbécil? No puedo creer que tire toda esa basura al océano sin que se le castigue”. Pero una cincuentena de señoras quieren conocerlo y, supongo, cenar con él.

Si la cena funciona, el siguiente paso sería llevar a la dama en cuestión a su casa y allí, antes de entrar en faena, mirar algún capítulo de Boardwalk Empire, la gran serie de televisión con Steve Buscemi de protagonista y que tiene como créditos de inicio un Atlántico plagado de botellas de whiskey caídas de un barco que llegan a una playa de Nueva Jersey. Desde que la vi me he preguntado si los realizadores de la serie tuvieron que dar explicaciones a las autoridades medioambientales por esos miles de botellas balanceándose en el mar y demostrar que, tras la filmación, las habían recuperado todas y ni una sola había quedado olvidada en las aguas.

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