Vorjes

Con motivo del trigésimo aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges, el gobierno de Buenos Aires decidió instalar en algunas estaciones de metro carteles con una frase suya. Todo iba la mar de bien hasta que alguien la leyó detenidamente y sospechó que es imposible que Borges, sobrio y sutil, la hubiese escrito. Descubrí la patraña gracias a Gastón Navarro, un escritor y traductor que utiliza el nick @petergastt. Colgó un tuit en el que decía: “En la estación San Martín de la línea C homenajean a quien sea que escribió esto, porque Borges no fue”. El texto del supuesto Borges: “‘Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad’. Jorge Luis Borges”. ¿Ustedes se imaginan a Borges capaz de escribir eso, si hasta en el famoso opúsculo publicitario que redactó mano a mano con Bioy Casares para una marca de yogures, demostró estar a años luz de la insubstancialidad? Ni en su momento más desafinado hubiese sido capaz de esa ñoñería digna de Paulo Coelho.

Dijo Borges: “Vamos aclarando el panorama, que hay pingüinos en la Cama”

A partir de ahí fui comprobando el cachondeo que el patinazo había provocado. Esa cita falsa oficial hizo que la gente añadiese otras, para remarcar su estupidez. Frases recientes de políticos argentinos que no identifico, pero seguro que los bonaerenses, sí: “‘Todos tenemos cuentas en el exterior’. Borges”, “‘Estamos aprendiendo sobre la marcha’. Borges”, “‘Todo debe ser considerado droga, aunque no sea droga’. Borges”... Aunque no conozcas a quienes las dijeron, entender el contexto es fácil porque los de aquí dicen chorradas similares. Pero las que más me gustan son de cosecha popular: “‘A mí me gusta andar de pelo suelto’. Borges”, “‘Te quiero, pero te llevaste la flor y me dejaste el florero’. Borges”, “‘Vamos aclarando el panorama, que hay pingüinos en la cama’. Borges”. Para mí, la mejor es: “‘La cumbia me divierte y mesita [sic]’. Borges”. La culpable del error –la Dirección de Ecosistemas Culturales de Buenos Aires– se disculpó en un breve mensaje: “Quisimos homenajear a Borges, pero cometimos un error de cita. Nuestro escritor de Ficciones no escribió esto. Disculpa, mala nuestra. Ya sacamos los carteles de circulación”.

De una tacada, Borges acaba de superar a Josep Pla y Winston Churchill en la élite de escritores a los que les atribuyen cosas que nunca escribieron. Es lo que estos meses de ebullición política los amantes de los clichés llaman sorpasso.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...