Aire fresco en un terreno pantanoso

La aguja del pajar: Mariya Gabriel

El controvertido concepto de las fake news está en el punto de mira de la Unión Europea, que busca cómo evitar que escapen a su control. Mariya Gabriel, de 38 años, será la encargada de ello

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Esta primavera la comisión que encabeza Gabriel presentará recomendaciones acerca de las noticias falsas

A sus 38 años, casada y con un hijo, la flamante comisaria europea de Economía y Sociedad Digital es poco conocida en Bulgaria, su país natal. Pero tanto en Bruselas como en Estrasburgo, es reconocida por los que han sido desde el 2009 compañeros de escaño en el Europarlamento. Desde julio pasado, cuando asumió el cargo de comisaria, tiene bajo su responsabilidad la lucha contra el espinoso tema de las fake news, tarea nada sencilla. Es la elegida.

La comisaria europea de Sociedad Digital tiene la difícil misión de lidiar con las controvertidas ‘fake news’

El fenómeno de las noticias falsas, amplificadas y repetidas ad infinitum en internet, es un asunto que preocupa en la UE y a varios gobiernos europeos. Pero el tema es muy complicado porque a muchos les preocupa justamente que la Unión y los poderes públicos entren en él.

El presidente Juncker le pedía al asumir su cargo “una reflexión sobre cómo protegerse de los peligros de las informaciones falsas’’ y le reclamaba trabajar, junto a otros socios estratégicos (léase grandes compañías de internet), para construir una ‘‘arquitectura global de gobierno’’ de la red. Suenan las alarmas. Si se le suma el fin de la neutralidad de la red aprobada por Estados Unidos, parece que internet como lo conocemos tiene los días contados. Surgen dudas sobre cómo definir, controlar y supervisar las noticias falsas, y qué será de la libertad de prensa.

Además de las fake news, la tarea de Gabriel es diseñar la política digital de la Comisión de los próximos años. Su juventud será su fuerte para liderar los planes para situar a la UE a la cabeza en ciberseguridad y transformación digital. Tras años en primera línea del Partido Popular ­Europeo, Gabriel es un nexo de unión entre este y oeste europeos. Bulgaria es el país más pobre de la Unión, no está en Schengen y sufre influencias políticas de Rusia y migratorias de Turquía. Ella, francófila y casada con un francés, reivindica las bondades búlgaras: ‘‘El empleo digital femenino es del 27%, contra el 16% de la UE’’.

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