“¿Mi última cena? Una copa de champán”

Julieta Serrano

Vertical

Es premio Nacional de Teatro 2018 y ha interpretado y encarnado a muchos personajes, pero cuando se “vaya al infinito y por más edad que tenga” dirán que se ha muerto una chica Almodóvar. Julieta Serrano (Barcelona, 1933) conoció al director manchego en 1976 y ha participado en seis de sus 21 películas. Dolor y gloria, ahora en cartelera, es la última.

–¿Qué lecciones pueden extraerse de ella para la vida?

–Es una película de reconciliación, perdón, amor, reencuentros, recuerdos, del fluir de la vida y de que el mejor recuerdo es el de la reconciliación.

Julieta Serrano interpreta a la madre de Salvador Mallo (Antonio Banderas), un director de cine que en el ocaso de su carrera recuerda a las personas y momentos que le han marcado. A ella le marcó su madre, “una luchadora” que sacó adelante a su familia porque, si bien su padre regresó vivo de la Guerra Civil, lo hizo enfermo.

Dice que mira al futuro, pero que también le ha llegado el momento de mirar hacia atrás y hacer balance y, como aquellos viejecitos de Campanadas a medianoche decirse, “Fíjate las cosas que he visto”. Cuando repasa su vida lamenta no haber tenido hijos.

–Yo no tenía realmente una pasión por la maternidad, pero ahora veo a los bebés y a los niños y me digo: esto te lo has perdido.

La vida le ha enseñado a tener paciencia y está aprendiendo, si no lo ha hecho ya, dice, a encontrar el equilibrio, la armonía, la serenidad.

Su experiencia con la muerte fue el fallecimiento de su madre, que lo hizo hace 20 años en sus brazos. “Murió a los 93. Creo que la ayudé en aquel momento a dar su último suspiro. Fue como tener a una niña en mis brazos y fue muy emocionante”, recuerda. “Y lloré”.

No le tiene miedo a la muerte, pero le da pavor el tránsito y que en él pierda la cabeza. “La parte física se va deteriorando, yo lo noto y a mi edad estás pisando un hilo rojo, y puede ocurrir en cualquier momento; lo que no me gustaría es perder la consciencia”, indica.

–¿Algo más allá? Creo que no... Pero cuando contemplo el universo... Dicen que puede haber vida, ¡pero no como la humana! Yo creo que no hay nada. Pero uno se resiste a decir la palabra: Nada. Uno desearía ser polvo de estrellas y fluir en el universo.

De reencarnarse le gustaría hacerlo en una actriz, Olga Knipper, que fue la mujer de Antón Chéjov, uno de los autores a los que Julieta Serrano más ama y admira, que falleció con tan sólo 44 años. Knipper y Chéjov vivieron juntos sólo cuatro años, pero ese vivir “me daría un gran placer”.

El amor, dijo Chéjov, es un escándalo de tipo personal.

1. ¿Si supiera que mañana es el último día de su vida, ¿qué haría? ¿Cómo lo pasaría?

Creo que despidiéndome de mis seres queridos. Y si fuera posible y mi situación física y cognitiva lo permitiera, pues bebiendo champán.

2. ¿Qué le hubiera gustado hacer y ya no podrá porque no tendrá tiempo?

Ir más a la montaña. Soy muy de montaña, cuando era muy joven trepaba montañas. Me gustaría volver al campo, a la naturaleza. Conectarme con ella, que de algún modo me conecte con el universo, con algo cósmico. Sentirme vinculada al universo.

3. ¿Qué aconsejaría a los que se quedan?

Que traten de hacerlo lo mejor posible, porque el ser humano es muy contradictorio; tiene bueno y malo, pero debería tratar de no destruir este planeta maravilloso que tenemos.

4. ¿Cómo diría que fue su vida?

Debería dar gracias por cómo se ha desarrollado dadas las circunstancias del momento en que nací con toda la Guerra Civil, la vida social de este país en el que mandaba ese ser abominable, y que todos estábamos muchas veces pues frustrados, reprimidos a tope, y teniendo en cuanta que yo era una niña muy tímida y muy cobarde, asustada por la guerra, por la frustración de mi familia… Dadas todas estas circunstancias tengo que dar gracias, gracias a la vida, como dice Violeta Parra porque he conseguido realizar muchos de los sueños de mi vida trabajando muchísimo. La vida se me ha dado de cara, me ha favorecido, la gente me ha ayudado, los amigos, los amantes, yo creo que todo me ha ayudado dentro de que no todo es felicidad, no todo es sol, no todo es luz. Tienes que luchar para conseguir las cosas y yo, dadas las circunstancias, me parecía muy difícil, casi imposible, conseguirlo. Entonces sólo puedo dar gracias.

5. ¿De qué está más orgullosa?

De mí misma. De haberme hecho un poco a mí misma gracias a los demás.

6. ¿Se arrepiente de algo?

Ahora que estoy leyendo a Spinoza, creo que él dice que lo mejor es no arrepentirse porque es una pérdida de tiempo, perdiste el tiempo haciéndolo mal y lo pierdes ahora arrepintiéndote. Lo mejor es no volver a hacer las mismas cosas de las que luego te tengas que arrepentir.

7. ¿El mejor recuerdo de su vida?

Es muy difícil. Soy muy mayor, una viejita y tengo cantidad de recuerdos: la vuelta de mi padre ileso de la Guerra, el poder leer… Mi vida está llena de recuerdos, no se puede reducir a uno solo.

8. ¿Cuál sería el menú de su última cena?

Una copa de champán.

9. ¿Se iría a dormir?

No. Lo que desearía es que estuvieran a mi lado las personas que más quiero.

10. ¿Cuál sería su epitafio?

Gracias. Estoy agradecida a la gente que me ha dado placer en la vida y luz y alegría. No sé, algo sobre la alegría y gracias, gracias.

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