El último día de mi vida: "No me iría a dormir"

Yoani Sánchez

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Ha sentido de cerca la muerte?

-Por esas cosas que tiene la vida tu pregunta llega en un momento... en un momento. Esta mañana salí de compras sobre las 10 (hace menos de dos horas). Una señora mayor que conducía un auto se saltó el semáforo que estaba en rojo, invadió el cruce peatonal y se abalanzó sobre mí. Todavía no entiendo cómo salí ilesa de esa mole... pero se me ha quedado pegada en la retina la cara de pánico de ella, y en la palma de las manos, la sensación de calor del capó del auto. Fue todo muy rápido. Sólo atiné a pensar: “¿Así? ¿Tan pronto?”. Otros peatones en el cruce gritaron de pánico, pero yo ni eso. Me quedé parada ahí mirando a la señora y cuando me di cuenta de que no tenía ningún daño, llamé a mi esposo llorando para decirle que lo quería. Sé que va a sonar a cursilería mística, pero cuando iba a salir de casa pensé quedarme para terminar de preparar una conferencia que debo impartir esta tarde y me dije: “No vaya a ser que tenga un accidente y no pueda llegar a tiempo”... ¿Ves? ¿Qué cosas tiene la vida? Abrazos desde el primer día de mi nueva existencia. Y.

Yoani María Sánchez (La Habana, 4 de septiembre de 1975) volvía a nacer el pasado 20 de marzo en Miami, donde se encontraba para pronunciar una conferencia en su universidad. No quiere dar ningún consejo a quienes le sobrevivan, y les recomienda que no los escuchen si se los dan. “Con frecuencia se trata de frases dichas para cortar las alas de los sueños y los deseos”, es­cribe en su respuesta por correo electrónico al cuestionario “El ­Último Día de mi Vida”. Sin embargo, ha admitido en otras declaraciones que siguió un consejo, que ha considerado el mejor que le han dado. No hizo oídos sordos a la recomendación que la convirtió en la primera graduada universitaria de su familia. “Mi abuela Ana, que era analfabeta y sólo sabía escribir la a de su nombre, me dijo: Tú, niña, tú estudia”. Y la niña estudió. Y no perdió, por seguir el consejo de su abuela, sus alas de sueños y de deseos. Más bien las alimentó. Hoy es una filóloga y periodista cubana disidente que vive en La Habana. Creó el blog Generación Y en el 2007, que es traducido a 17 idiomas y llega a tener más de 14 millones de accesos al mes. Por él ha ­recibido innumerables premios internacionales y ha sido considerada por la revista Time una de las 100 personas más influyentes del mundo. Siete años más tarde lanzó su periódico digital independiente, 14ymedio.

Le da miedo la soledad y vivir con miedo. En el 2002 emigró a Suiza, pero decidió volver a La Habana dos años después, entre otros motivos porque su padre estaba enfermo y tenía miedo de que muriera sin poder verlo.

La muerte llama a la vida.

1. Si supiera que mañana es el último día de su vida, ¿qué haría? ¿Cómo lo pasaría?

Sentada en el muro del Malecón de La Habana y deseando que el pronóstico esté equivocado.

2. ¿Qué le hubiera gustado hacer y ya no podrá porque no tendrá tiempo?

Construir una casa rodeada de un bosque sembrado con mis propias manos.

3. ¿Qué aconsejaría a los que se quedan?

Que no escuchen consejos, con frecuencia se trata de frases dichas para cortar las alas de los sueños y los deseos.

4. ¿Cómo diría que fue su vida?

Intensa, estresada, llena de amor.

5. ¿De qué está más orgullosa?

De mis dos hijos: Teo y el diario 14ymedio.

6. ¿Se arrepiente de algo?

De todo el tiempo que perdí antes de comenzar a expresarme públicamente con sinceridad.

7. ¿El mejor recuerdo de su vida?

El día que subí junto a Reinaldo, mi esposo, al tanque de agua de nuestro edificio a mirar las estrellas.

8. ¿Cuál sería el menú de su última cena?

Pasta con pesto.

9. ¿Se iría a dormir?

No, tomaría muchas tazas de café para mantenerme cada minuto despierta.

10. ¿Cuál sería su epitafio?

Preferí estresarme que aburrirme.

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