En el taller

Yon González

Vertical

Es tal el apego que siente el guipuzcoano Yon González (Bergara, 1986) por motos y coches –le apasiona conducirlos y, cuando se tercia, repararlos–, que han marcado su trayectoria profesional. “Iba a estudiar mecánica y me saqué el carnet al mes de cumplir 18 años, pero mi madre me convenció para que, aprovechando que lo tenía, hiciera un viajecito a Bilbao para presentarme a unas pruebas para una agencia. Yo, con tal de conducir, lo que fuera. Y me cogieron. Lo que no sepa una madre…”. A partir de ahí llegaron las primeras oportunidades en series: SMS, El internado y Gran Hotel. Ahora estrena Bajo sospecha, donde encarna a un espabilado detective envuelto en la desaparición de una niña. Al tiempo, el cine llama a su puerta. Tiene dos películas por estrenar. La primera, la comedia Perdiendo los papeles, en la que forma una fotogénica pareja con Blanca Suárez y en la que “mostramos cómo lo pasan de mal unos chavales llenos de licenciaturas y másters que marchan a Alemania a trabajar y acaban de pinches de cocina”. “Es la realidad de hoy. Hace poco hablaba con unos emigrantes que habían saltado la verja y me decían que si llegan a saber que España está así, no se hubieran jugado la vida”. Matar el tiempo llegará a continuación. En ella, su hermano Aitor Luna (Alatriste) y él interpretan a dos psicópatas con idéntico parentesco.

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