"La normalidad está valorada porque es escasa"

Paula Echevarría

La actriz de origen asturiano Paula Echevarría es la reina de las redes sociales en España. La más buscada en internet, la primera en pasar del millón de seguidores en Instagram y el espejo de estilo en el que muchas mujeres buscan inspiración. Sabe cómo avanzar las tendencias de primavera combinándolas con prendas cálidas y está feliz por cumplir 10 años como embajadora de Pantene.

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Vestido de flores con cinturón de piel de la colección Resort de Carolina Herrera NY. Top de Dior. Sujetador de Eres. Pendientes de Uterqüe. Anillo de Tiffany & Co.

"¿Te lo has pasado bien, hija? Da igual cómo hayas quedado en la carrera, que la ansiedad por ganar es malísima”. Paula Echevarría habla con su hija Daniella, de siete años, con la voz teñida de ternura y la naturalidad que tan bien le funciona en las redes y en la vida. Móvil en mano, que por algo acumula seguidores, pero muy atenta a todo lo que la rodea. Celebró su millón de seguidores en Instagram con un baile improvisado con los amigos en el jardín de casa, porque cree que es precisamente esa espontaneidad que trasmiten los retazos de su presente compartido lo que explica su impacto. “El vídeo seguía las pautas de lo que es mi Instagram día a día. No hay nada preparado, ningún montaje previo. Podría haber hecho uno editado y cuidadísimo, tipo corto, pero no”, explica.

Poco dada a los saraos mediáticos, su fuerte es mostrar su cotidianidad, yendo o viniendo de trabajar, en viajes familiares –estar casada con el cantante David Bustamante también suma–, o saliendo de compras o a comer con las amigas.

Es la española más buscada en la red, la ropa que muestra en sus fotos tiende a agotarse enseguida. ¿Cuál es el secreto del fenómeno Echevarría? “Tiene una muy alta notoriedad entre el consumidor –la conoce el 80% de los españoles–, buenas valoraciones de imagen y reconocimiento profesional”, afirma María Utrera, directora de ventas y comunicación de Personality Media, una agencia especializada en medir el impacto de los famosos entre los consumidores.

“Todo esto de ser ‘la más’ en una cosa u otra tiene fecha de caducidad y, si te lo tomas demasiado en serio, puede ser un arma de doble filo y perjudicial en un futuro. Pero, hasta cierto punto, me hace gracia”

Desde hace 10 años, hacen sondeos de 30.000 encuestas cada seis meses, y los datos del pasado noviembre recogían que Echevarría es la que más tendencia marca, con un 7,55 sobre 10; la tercera más elegante y con espacio reservado entre las 15 mujeres más atractivas de España. “Su notoriedad ha ido creciendo con los años, y su éxito en televisión la ha hecho más conocida entre el público masculino (73%), que era su mayor debilidad al principio”, señala la experta. “Es capaz de marcar tendencia y de ser a la vez cercana y familiar, valores que chocan y son poco habituales de encontrar, ya que lo normal es que cuando un personaje aumenta su influencia, se perciba como más frío y distante”, precisa Utrera”.

Durante la entrevista, Paula Echevarría es tal cual la describen, cercana, profesional y divertida, curiosa y, sí, espon­tánea (se subió a un skateboard eléctrico en el camerino del estudio con los rulos puestos y responde a las preguntas con rapidez inaudita). No pierde ni un segundo en imposturas y hace de la normalidad virtud.

Se trabaja el estilo que después acumula “me gusta” en Instagram y en Tras la pista de Paula, su blog de moda en una revista femenina. Es fija en las listas de las más elegantes y, según Vente-privée.com, la española más estilosa tanto para las menores de 30 años como para las de más de 65. Es fácil identificarse con ella. A sus 38 años, se conoce bien y sabe lo que quiere.

Es la española más buscada en la red por segundo año consecutivo. ¿Cómo lo valora?

Yo soy de las que creen que esto sube y baja y, cuanto más te creas las subidas, más grande será el batacazo cuando bajes. Todo esto de ser “la más” en una cosa u otra tiene fecha de caducidad y, si te lo tomas demasiado en serio, puede ser un arma de doble filo y perjudicial en un futuro. Pero he de reconocer que, hasta cierto punto, me hace gracia.

¿Quién le hace las fotos que cuelga a diario? ¿David Bustamante?

Él es el que menos me las hace porque tiene muy poca paciencia y es todo el rato: “Ya, ya, ya”. Sólo recurro a él cuando es estrictamente necesario. A veces me hace las fotos mi padre o el jardinero o mi hija. Le dije: “¡Dani, mira a ver qué tal te sale la foto! Y, como le salen muy bien, pensé: “Te ha tocado, hija”. Pero se cansa enseguida, es un poco como el padre.

¿Cuál es su secreto para acumular seguidores?

Que no hay nada preparado y eso se nota. Por los comentarios que me deja la gente, lo que más les gusta es la naturalidad. Todo es auténtico. Si cuelgo un vídeo a las 8 de la mañana trabajando, saben que estoy allí; si cuelgo una foto con mis amigas, saben que estoy con ellas. No me hago una sesión de fotos con un maquillador y un fotógrafo profesional, en una localización estupenda, y las guardo para ir colgándolas poco a poco. Lo que ves es lo que hay. La normalidad está cada vez más valorada porque es un bien escaso. Hoy es fácil engañar.

“Si cuelgo un vídeo a las 8 de la mañana trabajando, saben que estoy allí; si cuelgo una foto con mis amigas, saben que estoy con ellas. No me hago una sesión de fotos con un maquillador y un fotógrafo y las voy colgando”

¿Qué ve si se mira al espejo?

A una persona más o menos cansada, más o menos contenta. Depende del día. No tengo mucho tiempo para analizarme delante del espejo porque voy un poco a matacaballo. Pero me gusta lo que veo.

¿En qué tres adjetivos se reconocería?

Constante, cabezona y perfeccionista.

¿Qué hay que hacer para caerle bien?

Ser honesto y leal. Me gusta la gente consecuente con lo que dice y con lo que hace. Acepto los defectos y los compro casi todos, pero nunca la falta de honestidad.

Le cuelgan muchas etiquetas: it girl, pareja perfecta...

Pues no me siento identificada con ninguna. No sé qué es ser una it girl. ¿Alguien que crea tendencia? Porque, crear, crear hoy nadie crea. Está todo inventado ya. Los pantalones campana, los zapatos con plataforma y tacón de madera… Cada uno interpreta la moda y las tendencias a su manera, y punto. La moda está para divertirse sin seguir pautas. Lo de pareja perfecta me da hasta risa: discuto, como todo el mundo, y tengo mis momentos, como cualquiera.

¿Se viste siempre pensando en la foto?

A las 6.20 de la mañana, cuando salgo de casa, no. No me da el alma. Tiro de tejanos, jerséis y botas Ugg, como casi todas. Mi estilo es variado: un día, gipsy queen; otro, british, hay momentos falda lápiz y momentos Abba. A veces intento dejármelo todo preparado por la noche, pero cuando me levanto al día siguiente me digo: “En qué estabas pensando”.

El cambio de armarios en su casa debe de ser una fiesta...

Dono, regalo y devuelvo ­muchísima ropa. A veces las marcas me hacen préstamos o regalos, pero no me quedo nada que no me vaya a poner.

“No sé qué es ser una ‘it girl’. Cada uno interpreta la moda y las tendencias a su manera y punto. La moda está para divertirse sin seguir pautas. Y lo de pareja perfecta me da hasta risa”

¿Reserva algo para su hija?

Sí, porque me da rabia que mi madre haya hecho trapos de todo lo que tenía. Ella se hacía la ropa y no le daba ningún valor. Yo mataría por alguno de sus vestidos, pero no queda nada. Hasta con el de novia, que era de una organza divina, hizo una camisa. Lo primero que aparté para Daniella fue mi vestido de la suerte, con el que llegué a Madrid y hacía los castings.

¿No le apetecería ser mala en la nueva temporada de la serie televisiva Velvet?

Sí, siempre hago de buena. Será por la cara… Me apetecería hacer de mala y creo que el momento llegará, pero no sé si en Velvet. Ana, mi personaje, ¡es tan sacrificada, pobre! A veces pienso: “¡Espabila, por Dios!”. Si fuera yo…

Tiene ya su perfume, Paula. ¿No le tienta la moda?

Nunca digo de este agua no beberé, pero de momento, no. Me han propuesto sacar una línea de ropa con mi nombre, o diseñar una línea para otras marcas. Pero no me apetece.

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