"Me hubiera gustado tener más calma para decidir entre lo bueno y lo malo"

El último día de mi vida. Luis Cobos

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Con ocho años era triple solista en su pueblo. Músico de vocación, dirigió el primer concierto con orquesta en un estadio, el Bernabeu, al que asistieron 82.000 personas. Introdujo el pop en las rancheras y el pasodoble. De su disco Zarzuela vendió un millón de copias, y aún vende, cuando lo normal eran 50.000 para un vinilo de orquesta. Luis Cobos (Campo de Criptana, Ciudad Real, 1948) vuelve con ¡Va por México! e inicia gira en el Teatro Real de Madrid. Es su tercer álbum dedicado a un país que adora. Un país que, como dijo su Nobel de Literatura Octavio Paz, tiene “un culto a la muerte que es un culto a la vida” y que cultiva una profunda devoción por la Santa Muerte, que es una calavera. Luis Cobos considera que es más sano esto que nuestro ocultismo ante el fin de la vida. Vida y muerte, dice, forman un tándem necesario, como lo hacen una banda sinfónica y la música, una biblioteca y los libros o una pinacoteca y los cuadros. No sabe si le tiene miedo a la muerte y le apena no haberla sentido de cerca, como le ha ocurrido a mucha gente “que he tenido alrededor”. Aunque se confiesa agnóstico, cree que “debe de haber algo más allá”. Para celebrar la muerte recomienda “el Réquiem de Verdi o el de Mozart. Si te pones sofisticado y profundamente triste, puedes acudir a una pieza, Lacrimosa, de Mozart, que es de lo más sentido que pueda existir”. Para levantar el ánimo aconseja el sonido del mar, y para tener un sentimiento sublime, profundo, a Beethoven, “que te cautiva con cuatro notas”.

–¿Y para celebrar la vida?

–Música caribeña, festiva, de bailar.

Porque la vida, dice, hay que vivirla y compartirla.

1. Si supiera que mañana es el último día de su vida, ¿qué haría? ¿Cómo lo pasaría?

Trataría de llamar y visitar a mi familia, a las personas que me han apoyado y soportado. Creo que trataría de que fuera un día normal, aunque no sé si lo conseguiría.

2. ¿Qué le hubiera gustado hacer y ya no podrá porque no tendrá tiempo?

Me hubiera gustado tener más calma para decidir entre lo bueno y lo malo. Yo soy una persona que ha venido a este mundo a hacer cosas y cosas diferentes y complementarias. Tal vez me hubiera gustado tener más calma para elegir las cosas, pero no me arrepiento de lo que he hecho, desde luego.

3. ¿Qué aconsejaría a los que se quedan?

Que busquen la reflexión y la calma, porque muchas veces hacemos cosas de las que nos arrepentimos, algo que creo que es inútil, porque cada uno hace y resuelve los problemas que la vida le ­presenta, y no es siempre de la forma que uno desea. En cualquier caso, aconsejaría que hagan las cosas tratando de favorecer a los demás y que ayuden a mejorar vidas. Porque de las mayores satisfacciones que te puedes llevar en la vida es haber ayudado, haber resuelto cosas y haber hecho las cosas con dignidad. Mi abuelo me dijo que si tratas de hacer en la vida solamente lo que te gusta, seguramente tendrás una vida frustrada, que procurara hacer bien las cosas que me tocaran y que así obtendría mejores resultados. Recomendaría esto que me aconsejó mi abuelo.

4. ¿Cómo diría que fue su vida?

Con altos y bajos, crestas y valles, como todas las vidas que conozco de cerca. Yo he sido muy afortunado porque he podido estudiar, he podido viajar, he podido compaginar mi trabajo y mis aficiones y mi profesión, que procede de una vocación que me ha llevado a ser profesional. Pero no quiero que la profesión me aleje de la vocación. Soy un afortunado porque he podido vivir de la música, que es una excusa perfecta para transmitir emociones, y yo soy una persona muy emocional.

5. ¿De qué está más orgulloso?

De luchar, de abrirme paso por mí mismo, aunque he tenido ayuda de mucha gente. Me siento orgulloso de que la suerte me ha tocado con su varita. Porque también es importante, como decía Don Quijote: “Amigo Sancho, que la suerte, enemiga de las más grandes desgracias, siempre deja la puerta abierta”. Me siento orgulloso de haber buscado y no siempre, pero sí en algunas ocasiones, haber encontrado esa puerta y haber podido realizarme como persona y como profesional. También hay otras muchas cosas de las que no me siento nada orgulloso.

6. ¿Se arrepiente de algo?

De casi nada, porque creo que lo que te presenta la vida es inexcusable cumplirlo. Si tuviera que repetir, haría prácticamente lo mismo, pero con mucho más cuidado. Sería más considerado con los demás y no prejuzgaría, aunque el prejuzgar me parece que es un signo del ser humano al que estamos condenados. Realmente me arrepentiría de no haber tenido más tiempo para los míos. Con el paso del tiempo te das cuenta de que una de las mejores cosas es cultivar a los que te quieren.

7. ¿El mejor recuerdo de su vida?

Uno de los mejores está relacionado con mi padre, que era músico aficionado y se empeñó en que yo fuera músico. Yo estaba en la Concert House de Viena grabando un disco con la Orquesta Sinfónica de Viena, solo, con las luces encendidas. Cuando hicimos la pausa miré a la platea vacía y me imaginé que ahí estaba mi padre y se sentía orgulloso de que yo, un músico de la banda de un pueblo de La Mancha, pues hubiera llegado a dirigir una orquesta en Viena.

8. ¿Cuál sería el menú de su última cena?

No cenaría. Me iría al mar, a ver las estrellas acompañado de la persona a la que quiero y amo.

9. ¿Se iría a dormir?

No. Aprovecharía hasta el último momento del día que me queda.

10. ¿Cuál sería su epitafio?

Aquí yace alguien que vino a hacer cosas, hizo algunas y procuró agradar y beneficiar a la gente.

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