Fascinado por Mazinger Z

A finales de los setenta, aquel niño de Badalona que hoy arrasa como cantaor disfrutaba del primer robot gigante de la televisión de este país en transición. El héroe se llamaba Mazinger Z y luchaba contra las fuerzas del mal al grito de “¡Puños fuera!”. Tres décadas después, revive escenas de infancia con la réplica del personaje en la mano. “Recuerdo el salón de casa y una nevera roja con la tele encima. Me quedaba hipnotizado mirando la serie”. Su fascinación quedó ahí, latente, hasta que se reencontró con los dibujos en Japón, en 1996. “Conecté de nuevo con mi cuarto, con el Tente, el Cine Exin... Yo fui un niño introvertido, y aquello era mi refugio”. Entonces inició su colección de gadgets, reunidos ahora en su casa sevillana y que en unos años podrá disfrutar su hijo recién nacido, Ángel. Allí conviven un enorme ET, Afrodita y 15 Mazinger, a los que añadiría otro de dos metros si no costase 4.000 euros. Las aventuras del héroe manga, censuradas unos meses en España, se convirtieron con los años en serie de culto. Y hoy son un juego nostálgico para el cantaor, ya de gira estival con sus impresionantes Sonetos y poemas para la libertad.