“Las películas no son billetes de 500; no gustan a todo el mundo”

Daniel Monzón

EXCRÍTICO Y CINEASTA. Llega a las pantallas la sexta película de Monzón (Palma, 1968) y dice que es una "boat movie". "Yucatán" es un filme de viajes en crucero y aventureros con tono de comedia y moraleja y supone un cambio para el director de "El niño y Celda 211", por la que ganó dos Goya como guionista y director.

Vertical

Le acaban de caer los 50.

Cada cambio de década me ha traído algo bueno. La de los 30, la primera película. La de los 40, a mi hija, y ahora, el estreno de Yucatán, que mezcla el entretenimiento de mis primeras películas y la reflexión que quise apuntar en las últimas.

Ya dijo Oscar Wilde: “Si quieres decir la verdad, hazlos reír”…

Y se puede hablar de la ambición y la falta de valores en las que estamos inmersos en un crucero con destino a la selva de Yucatán en que dos timadores que se niegan a madurar hacen de las suyas.

¿Cómo sabe un director que lo que ha fabulado y rodado vale la pena?

No lo sabe. Lo espera. Tienes la intuición, pero confías en que el público te quiera acompañar.

¿Y cuando no es así?

La vida de las películas es larga. A menudo, años después de un estreno fallido, alguien te dice: “Oye, no estaba tan mal”. Deberíamos contestar lo que Fernán Gómez cuando un crítico le alabó El extraño viaje años después de que la masacraran: “Con lo que os ha costado convencerme de que había hecho una porquería, no me vengáis ahora con estas”. Las películas no son billetes de 500. No gustan a todo el mundo.

Como buen crítico, ¿era un director frustrado?

Creo que los conozco bien; ellos hacen cine, pero desde otro lado. Todos partimos de un amor desaforado por él. Yo era un director en ciernes que tuvo un maravilloso aprendizaje desde el periodismo. Y un día conseguí poner en pie El corazón del guerrero.

¿Qué le desagrada de lo que ve?

Que los que tienen mucho no sólo no han sufrido la crisis sino que son más y todavía más ricos. La codicia es un cáncer. Si dejas que se te meta dentro, te conviertes en un monstruo sin pizca de empatía. Generan pobreza y desigualdad acumulando bienes en paraísos fiscales.

¿Qué le devuelve la sonrisa?

Una conversación con mi hija de 11 años. Es muy divertida y mucho más lúcida que yo.

¿Qué le entretiene?

Vivir. Llenarme de sentimiento humano entre película y película. Si no te llenas de experiencias, poco tienes que contar. Vivo en un pueblecito con huertas y disfruto viendo pasar las estaciones. Me gusta bañarme y nadar… Y mi trabajo. Casi lo que más.

¿Algún vicio más?

Comer de forma desaforada. Me gusta casi todo y, en los viajes más o menos exóticos, pruebo todo. Tengo la misma voracidad por la vida.

Le da gran importancia a la música en sus películas. ¿Quiénes son sus imprescindibles?

En bandas sonoras, Roque Baños, Bernard Hermann, Jerry Goldsmith; en clásica, los rusos: Stravinski, Prokófiev. Y los Beatles y los Rolling, claro.

¿ADÓNDE PONDRÍA RUMBO?

A la Antártida. O A Australia y Nueva Zelanda. UN VIAJE LARGO.

¿ADÓNDE NO VOLVERÍA?

En todos los sitios He encontrado algo interesante.

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