El otro lado: Manuela Vellés “Soy muy positiva, pero las crisis son el motor del cambio”

¿Cómo suele componer?
En casa, al atardecer, con unas velas, la guitarra y un cuaderno donde voy tachando...
Un miedo que ha superado.
Ir en moto. ¡Si hasta tengo una!
Se titula Subo bajo. ¿Vive en una montaña rusa?
Como casi todos los actores; tan pronto tenemos muchísimo trabajo como estamos en la nada. Ese ir y venir está en el disco; tiene dos velocidades y dos intensidades también.
Y la película se titula Alegría, tristeza. ¿Cree en la casualidad?
Por supuesto. Y en el yin y el yang, en lo contrapuesto. Interpreto a una psicóloga que reflexiona sobre esos momentos traumáticos de la vida en que nos ponemos una coraza para no sentir dolor, cuando sólo podemos recuperar la alegría enfrentándonos a él.
¿Es más de alegría o de tristeza?
Soy muy alegre, pero me permito estar triste; también me gusta. Estamos en una sociedad en la que parece que hay que estar siempre con el ánimo en alto, y no me parece sano porque para valorar lo bueno hay que saber qué es lo malo. Soy muy positiva, pero las crisis te hacen madurar y son el motor del cambio.
¿Qué quiere contar en su disco?
Son reflexiones sobre mi vida en los últimos años y no estaban pensadas para ser publicadas, pero al final la familia y los amigos me animaron y ahí están. De la ranchera al reggae o a la balada íntima. Diferentes estilos para diferentes momentos.
¿Cómo convive con la música?
Me acompaña desde pequeña. Me aprendía las canciones de las películas de Walt Disney y se las cantaba a mi madre con lágrimas en los ojos creyéndome Pocahontas. Interpretar y cantar siempre han ido de la mano para mí. Luego, de adolescente, mi padre me compró una guitarra y empecé a componer.
¿Cómo entra en este mundo nuevo?
Preguntando a las amigas. A Leonor Watling o a Bebe, con la que he trabajado. Acabé una película, tenía algunos ahorros y decidí autoproducirme. Ellas me orientaron, y me reuní con profesionales diversos. He acabado trabajando en un estudio de Barcelona con un equipo que me ha entendido, no me ha metido prisa y ha instrumentado de maravilla mis emociones: percusiones, guitarra eléctrica, lo idóneo a cada momento.
¿Qué le disgusta de la actualidad?
Con las redes sociales y el móvil tengo una relación de amor/odio. Suponen vivir para lo externo y olvidar nuestro interior no es sano. Que cada cual haga lo que le funcione, yo valoro mucho mi espacio personal y me muestro lo justo.
Pero ahora se contrata a los actores según sus seguidores en redes...Conozco el fenómeno, trato de entenderlo y enfadarme lo mínimo.
¿Qué le devuelve el equilibrio?
El yoga me centra, me relaja, me da paz y equilibrio. Y viajar. Hace tanto que tengo proyectado ir a Japón…
Ya hace diez años de su debut en Caótica Ana. ¿Cómo ha sido el viaje?
Excitante. Aunque a veces, viendo en fotos todo lo que he vivido, me parece que es otra la que ha transitado por ahí. He cambiado, soy menos miedosa y más paciente.