¿Cómo descubrió los Sonetos de Shakespeare?
Fue muy divertido. Cuando era adolescente pasaba mucho tiempo solo en mi habitación, y mi madre, que algo sospechaba, me los dio a leer, diciéndome que trataban sobre la masturbación (risas). A los 13 años mi padre me llevó a ver Sueño de una noche de verano, y aunque fui a regañadientes me encantó.
¿Cervantes o Shakespeare?
Shakespeare, sin duda. Creo que enseña a vivir.
¿Cómo es hoy su relación con la literatura y el teatro?
Me centro en textos importantes. No soy un gran lector, así que selecciono mucho. Al teatro voy una vez a la semana, para poner distancia con la comedia en la que vivimos.
¿Qué se trae ahora entre manos?
A Nervous Splendor: Vienna 1888-1889. Un libro sobre esa fabulosa ciudad y aquellos maravillosos tiempos.
En la portada de su último disco posa travestido en dama de época.
Es de mi amigo Timothy Cummings, un gran pintor de Nuevo México, que estoy muy orgulloso de ayudar a promover. Es una obra divertida y muy colorida, una especie de reina Isabel I, Shakespeare y yo mismo. ¿Cree que la música es buena terapia para tiempos de crisis?
No sé si es terapia; yo sí necesito usar esta energía oscura ambiental para crear algo de valor. Es muy inspirador. Si realmente soluciona problemas, no tengo ni idea, pero es bueno quitar la cabeza de la casa en llamas.
Confiesa aburrirse escribiendo canciones pop…
Es que me salen muy fácilmente. Por eso trabajo en discos o espectáculos especiales o compongo óperas que, además, no me obligan a hacer gira.
¿Dónde le encantaría actuar?
Me encantaría hacer un concierto en el África subsahariana.
Para viajar... ¿avión, barco, coche, bicicleta? ¿Imaginación?
La imaginación, de lejos. Viajo tanto que mi gran fantasía es comer, beber e ir al baño en mi hogar.
¿Cuál es el secreto de su carrera?
Bueno, como sólo eres tan bueno como tu último concierto, lo que hago es intentar mejorar, mejorar y mejorar. Y aun así sigo siendo ese artista al que unos adoran y otros no soportan. Sin términos medios.
¿Detesta algún estilo musical?
No. Toda la música es sagrada.
¿Con qué odia perder el tiempo?
Informándome de más; pero no puedo evitar estar pegado a las noticias todo el rato. Paso demasiado tiempo en Facebook. Creo que es una epidemia mundial.
¿Qué le enfada?
Donald Trump.
¿Qué hacer para que se calme?
Me tranquiliza ver Las chicas de oro.
¿Cómo sería su velada perfecta?
Cenar algo rico con mi esposo viendo series. A veces, con nuestra hija. Aunque una fiesta de vez en cuando también apetece.
Si no fuese músico...
Sueño con haber sido pintor, una profesión muy tranquila.
¿Qué le hace disfrutar?
Comer, dormir, ir al baño...como a todo el mundo.