"Hablar de clichés es perjudicial"

César Bona

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Maestro, único candidato español al Global Teacher Prize

El zaragozano César Bona (Ainzón, 1973) es maestro. El único candidato español al Global Teacher Prize, el Nobel de los profesores. Ha llegado hasta ahí desde su clase de 5.º de primaria de un colegio público de su región, “por el empeño de un amigo que me presentó al certamen de ‘mejor profesor de España’. Pero me resulta incómodo porque sé que hay miles de maestros que hacen cosas maravillosas con los chavales y siguen siendo anónimos”.

Ahora se halla en excedencia temporal transmitiendo, en charlas con maestros, actuales y futuros, las ideas de su libro La nueva educación, donde aboga por “el sentido común y el esfuerzo para escuchar a los alumnos. Son el elemento esencial de la educación, aunque parezca una obviedad. Así les invitas a participar en la sociedad y a cambiar su entorno en temas como la solidaridad o el sexismo. Hay que fomentar que se expresen y sean curiosos y creativos, que ya lo son por naturaleza, porque traen la imaginación de serie. Son instrumentos que les harán más felices en su vida”.

Bona ve alguna diferencia entre los géneros, por ejemplo, a la hora de expresarse. “Ellas son más decididas; aunque a ambos les da vergüenza hablar en público”. En cualquier caso, se resiste a ahondar en las diferencias. “Hay que obviar las etiquetas de género y todos los clichés. Desde mi experiencia, no es cierto que las niñas sean más responsables al encarar sus estudios; hay de todo. Las estadísticas no sirven de mucho al educar en la distancia corta. Da igual que sean niños o niñas, de entorno rural o urbano, en centros concertados, privados o públicos. Para mí son niños y a partir de ahí se pueden construir cosas; viendo qué les estimula y qué les inquieta”.

La misión de los maestros, opina, es ayudar a los padres “para que entre todos saquemos lo mejor de sus hijos. Sus primeros modelos están en casa, y los segundos somos nosotros. Los conceptos de tolerancia, respeto e igualdad se inician en la familia y se refuerzan en el aula. Según mi experiencia, hace unos años eran casi siempre las madres las que venían a hablar con nosotros, pero ya no es así. Los padres comparten con nosotros mucho más tiempo, y su incorporación es muy positiva”.

Así, todos podrían entender mejor los momentos especiales en el desarrollo, “como la adolescencia, con la llegada de tantas emociones con relación al despertar sexual. Hay que buscar un espacio común para hablar de las cosas con libertad. Así podríamos enfrentarnos con problemas como el rebrote real de machismo que se da en los jóvenes. Eso es más importante que muchos contenidos del plan de estudios”.

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