"Muchos pensaron que buscaba sexo"

Erica Jong

Escritora. 'No más miedo' es su nueva novela

Vertical

Cuando en 1973 vio la luz Miedo a volar, clásico del feminismo del siglo XX, Erica Jong (Nueva York, 1942), que acaba de publicar en castellano su novela No más miedo (Alfaguara), se enfrentó a dos reacciones masculinas alarmantes. Por un lado, su editor en Estados Unidos le dijo que no vendería más de cinco mil ejemplares (vendió dos millones en dos meses y hoy lleva 27 en todo el mundo). Por el otro, muchos hombres estaban convencidos de que deseaba acostarse con ellos por el simple hecho de haber escrito sobre fantasías femeninas. “La fama me reportó algunas experiencias terroríficas –cuenta al Magazine desde su exclusivo y barroco piso de Manhattan–. Un tipo que aseguraba presidir una asociación de hombres dotados de penes enormes me perseguía por todo Los Ángeles. A mi hija se le acercaban en el colegio para decirle que su madre escribía libros obscenos. Recuerdo que le pregunté a un editor gay con el que tenía mucha confianza si los hombres realmente estaban obsesionados con sus genitales. ‘¿Bromeas? –me contestó–, ¡pues claro, no pensamos en otra cosa!’. Por un momento casi me lo creo. A mí siempre me han encantado los hombres y jamás los he visto como el enemigo, algo a lo que contribuyó decisivamente el hecho de que adorara a mi abuelo paterno (pintor) y a mi padre (músico), quienes además me inculcaron su amor por el arte”.

Convertida hoy en una abuela vitalista que a sus 75 años levanta pesas y hace yoga cuatro veces por semana, Jong, que iba para profesora de Literatura Inglesa del siglo XVIII, habla varios idiomas y se considera antes que nada poeta, se toma aquella locura de juventud con humor e incluso lamenta que ya nadie la piropee por la calle. Le alegra que el feminismo por el que ella sigue combatiendo “a base de escribir con honestidad sobre lo que pasa dentro de la cabeza de la mujer” se haya extendido por toda la sociedad, “especialmente entre ellos. El hombre inteligente es aquel que entiende que una sociedad de mujeres empoderadas comporta que los niños y los hombres también incrementen su poder”.

La escritora asegura ser muy feliz entrando en la vejez junto a su cuarto marido, un abogado con el que viaja y organiza fiestas con frecuencia. “Siempre me hace reír, aunque a menudo lo tiraría por un puente. El secreto en una relación sentimental es la empatía, saber colocarte en el lugar del otro. Cuando te sientas más rabiosa y desees estrangular a tu pareja, intenta ponerte en su situación. Nosotros tenemos un truco que sospecho que nos ha aportado mucha armonía y aguante: irnos cada noche a la cama cogidos de la mano. Tocarse o acariciarse es tan importante como el sexo, a fin de cuentas, todo se reduce a sentir el calor del otro”.

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